lunes, 1 de febrero de 2016

Clásico de la vergüenza

Estudiantes y Gimnasia disputaron una nueva edición de la Copa Ciudad de La Plata en el José Maria Minella de Mar del Plata y todo quedó en la vergüenza. Obviamente que el triunfo parcial del Pincha por 1 a 0 gracias al gol de Auzqui quedará en el olvido, ya que lamentablemente el partido fue suspendido a los 92" por una tremenda batalla campal entre ambos planteles.


Es difícil analizar el juego entre ambos conjuntos porque no fue lo que realmente importó. Un despeje de volea del uruguayo Alvaro Pereira que terminaría golpéandole la cabeza a un accidentado Facundo Oreja que debió irse en ambulancia, fue el primero de los incidentes para un cotejo que, de a poco, comenzaba a levantar temperatura.


Con un jugador menos, el Pincha controló el partido mientras que el equipo dirigido por Pedro Troglio apostó a los cambios ofensivos con la idea de igualar el resultado e ir a una hipotética definición por penales que finalmente no llegaría. A poco del cierre, una salida en falsa del arquero del Lobo, Enrique Bologna, que por intentar cortar la jugada la pelota le pegaría en el pecho, el árbitro Silvio Trucco interpretó que había bloqueado el disparo con sus manos y lo expulsó directamente. Una roja que ya sacaría de sus cabales a los jugadores de Gimnasia de La Plata para con el juez de linea y el propio Trucco.


Con 10 jugadores por lado y ya algunos encontronazos adentro de la cancha, el final estuvo cerca por poco, aunque no pudo permitirse. Una patada de atrás del juvenil de Estudiantes, Santiago Ascacíbar, que tras eso sería expulsado, descontroló la situación luego de que los futbolistas del Lobo intentasen sacarlo a los empujones.


Amontonamientos, forcejeos y la caída de Israel Damonte tras propinar una trompada, derivó a una pelea descomunal que pareció ser de barrio. Uno de los más sacados de este bochornoso acontecimiento fue el ex arquero del seleccionado argentino, Mariano Andujar, que repartió piñas para el que se le cruzase, culminando con él en el piso y Mazzola, de Gimnasia, patéandolo junto con varios de sus compañeros.

Insólito, vergonzoso, no alcanzan términos para calificar lo que protagonizaron tanto Estudiantes como Gimnasia de La Plata en el Minella, un fiel reflejó del Boca-River pasado, pero que traspasó aún más los limites permitidos.

De esta forma finalizó el torneo de verano 2016, donde serán recordados los partidos más por las expulsiones, agresiones y culminando con la batalla campal en el clásico de La Plata.

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