En la noche en la que por primera vez se derramarían lágrimas en los ojos de CR7 al minuto 25 de la primera mitad tras sufrir un fuerte golpe en su rodilla, producto de un choque con Dimitri Payet, todo hacia suponer que los dirigidos por Didier Deschamps no dejarían escapar la oportunidad por quedarse con el trofeo, en casa, y nada más ni nada menos que ante un rival que perdería en un abrir y cerrar de ojos a su máximo emblema dentro de la cancha.
Esa imagen que recorrió todos los portales deportivos de internet, en la que se ve al 7 llorando desconsoladamente por no poder continuar en la final, hacían pensar que el segundo puesto estaba más que cantado, pero la realidad fue otra porque los galos fallaron en las fáciles, pero se encontraron con un hombre que les bajó la persiana en cada situación comprometida:Rui Patricio.
Sí, el arquero que defiende los tres palos del Sporting de Lisboa se convirtió en la pesadilla de los franceses y también en el verdugo de esta nueva edición de la Euro, ya que con sus intervenciones mantuvo el arco en cero a lo largo del cotejo y, junto con la inesperada aparición del delantero Eder, autor del tanto luso al minuto 108" del alargue, entrarían en la historia grande de su país.
Decimos esto porque no solo el gol del actual jugador del Lille de Francia le otorgó el triunfo ante un equipo que tenía todo a su favor, sino que además le permitió alcanzar un objetivo que venía siendo esquivo desde la época de Eusebio y Figo, para venir más a nuestros tiempos. Pero las rachas están para cortarse y ayer fue el día en que Portugal gritó campeón por primera vez y Ronaldo lloró, aunque el desenlace final terminó de premiarlo con una sonrisa de felicidad y una costumbre que viene teniendo en este 2016 y es la de campeón....
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